Cuida tu cabello
Lavarse el pelo es una parte importante de tu rutina de higiene. Mantiene el cabello sano, elimina la suciedad y la grasa, protege la piel del cuero cabelludo y lo mantiene brillante, suave y con buen olor.
¿Con qué frecuencia debe lavarse?
No es tan importante lavarse el pelo todos los días como lavarse el cuerpo. De hecho, los expertos dicen que no es buena idea lavarlo todos los días. Lavarlo en exceso puede volverlo quebradizo y seco, ya que elimina los aceites naturales que lo protegen y le dan brillo y suavidad. Esto es especialmente cierto si tienes el pelo rizado.
Para las personas con cabello grueso, enroscado o rizado -que suele ser el caso de muchas personas de color-, se suele recomendar lavarlo cada 1 ó 2 semanas para mantener el cabello y el cuero cabelludo sanos.
El cabello semilargo debe lavarse cada 2 ó 4 días.
Si tu cabello es fino, la suciedad y la grasa afectarán más rápidamente a su aspecto. Las personas de pelo fino deben lavarse el pelo aproximadamente cada dos días, a no ser que el cuero cabelludo o el pelo sean grasos o grasientos, en cuyo caso puede ser conveniente lavarlo todos los días.
Si tienes el pelo tratado químicamente -por ejemplo, teñido o con permanente-, esto puede resecarlo, por lo que te conviene lavarlo un poco menos, quizá cada 2-4 días.
¿Y si hago ejercicio?
Si sudas mucho o haces ejercicio a diario, puede parecerte que necesitas lavarte el pelo todos los días. Sin embargo, los médicos dicen que eso no es necesariamente cierto. Por lo general, lavarse el pelo cada pocos días sigue siendo adecuado, pero hazlo según tu criterio.
Conceptos básicos para lavarse el pelo
En primer lugar, asegúrate de utilizar champú y acondicionador especiales para el cabello, en lugar de jabón, que puede ser agresivo y dañarlo. Asegúrate de leer las instrucciones de los envases, que te indicarán la cantidad de producto que debes utilizar y cualquier detalle especial sobre su uso.
El champú es para las raíces y el acondicionador para las puntas. Cuando te laves el pelo, echa primero una cucharada de champú en la mano, frótate las manos para crear espuma y masajea las raíces y el cuero cabelludo con el champú. A continuación, acláralo bien, pasando los dedos de la raíz a las puntas para expulsar todo el champú.
Una vez que el agua salga clara y el pelo deje de estar resbaladizo por el champú, échate un poco de acondicionador en las manos y frótalo en el pelo empezando por la mitad y bajando hasta las puntas. El acondicionador ayuda a reparar el cabello dañado, pero si se aplica en las raíces, puede engrasar el pelo, así que asegúrate de concentrarlo en las puntas. A continuación, aclara abundantemente hasta que el pelo deje de estar resbaladizo.
Secar y peinar
Utiliza una toalla para escurrir el agua del pelo. Asegúrate de no escurrir el pelo bruscamente, ya que podrías dañarlo. A continuación, utiliza un peine de púas anchas para eliminar nudos y enredos. Las púas anchas evitan que el peine tire demasiado del pelo, lo que puede resultar doloroso y dañarlo. A continuación, seca el pelo al aire o con un secador. Después puedes peinarlo como quieras.
Cuidados entre lavados
Para que tu pelo luzca y huela fresco y limpio entre lavado y lavado, o para suavizarlo cuando lo notes seco, asegúrate de cepillarlo todos los días, lo que no sólo lo mantiene cuidado sino que también elimina los enredos y arranca las células muertas del cuero cabelludo y las raíces.
También puedes probar un champú en seco, que viene en un bote de aerosol. Rocíalo en las raíces y frótalo para absorber la suciedad y la grasa. También puedes aplicar acondicionador en las puntas cuando te duches para hidratarlas, o lavar sólo las raíces en lugar de todo el cabello si lo notas graso. Presta atención a las necesidades de tu cabello y adapta tu rutina a ellas.